Al sur de la población, al terminar el casco urbano, un paseo que poco a poco va subiendo por un escarpado cerro, nos lleva hasta la Ermita de San Gregorio Ostiense, dedicada al santo protector de los campos y las cosechas.
San Gregorio, en blanca Ermita, tantas veces desafiada por el tiempo, protege a Villanueva del Duque, desde que a mediados del Siglo XVI se construyera, en respuesta y agradecimiento de los vecinos, a quién confiaban el fruto de sus campos y el esfuerzo de sus jornadas de labor.
El edifico que hoy podemos contemplar, es la reconstrucción llevada a cabo por el Ayuntamiento, en el año mil novecientos noventa y tres, según su trazado original.
La Ermita, se alza sobre la colina que con su mismo nombre, la eleva sobre toda Villanueva del Duque, haciéndola visible desde todos sus rincones, y al mismo tiempo, ser mirador natural del Valle de los Pedroches y de sus pueblos.
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