El Obispo de Córdoba, Don Demetrio Fernández, ha visitado esta mañana la Residencia de Ancianos «Sagrada Familia» para celebrar con las Hermanas Salesianas del Sagrado Corazón de Jesús y junto a diversos vecinos de Villanueva del Duque, que un 26 de febrero de 1916 la fundadora de la Congregación, la Beata Madre Piedad de la Cruz Ortiz, “dejaba la tierra para subir directamente al Reino de los Cielos”.
Durante la celebración de la misa de acción de gracias, los cantos de la Coral de Villanueva del Duque han inundado el templo. Por su parte, en la homilía, el Señor Obispo ha agradecido a las Hermanas Salesianas la labor que durante casi cien años llevan realizando en la Residencia de Ancianos “Sagrada Familia” de Villanueva del Duque. Asimismo, ha alabado la vida que llevó la Beata Madre Piedad de la Cruz, la cual “dedicó toda su vida a ayudar a los demás sin pedir nada a cambio”.
UN POCO DE HISTORIA
Desde 1918, las Hermanas Salesianas del Sagrado Corazón de Jesús se hacen cargo del edificio. En un principio, éste constituyó un colegio erigido bajo la advocación de la “Sagrada Familia” por expreso deseo del matrimonio Fernández Benítez y su hija María Josefa que querían educar cristianamente a las niñas de este pueblo, siendo gratuito para todas aquellas que carecían de medios. Fue en el año 1974, tras entrar en vigor la nueva Ley de Educación –LODE—, cuando la casa queda solamente como residencia de ancianos.
La Congregación, siguiendo la línea de acción de su fundadora la Beata Madre Piedad de la Cruz, decide “acoger y cuidar al más necesitado, dando lo mejor a nuestros mayores e intentando conseguir para ellos el verdadero calor de un hogar”. Y es que Tomasa (Madre Piedad de la Cruz) desde la infancia, sintió la necesidad de dedicarse a hacer el bien a los niños pobres, los ancianos y enfermos; y le caracterizó una firmeza fehaciente durante niñez y adolescencia de dar una respuesta a aquello que concibió en su interior el día de su Primera Comunión.
De hecho, varios intentos de realizar su sueño de Consagrar su vida al Señor, se vieron truncados por diversas enfermedades. Pero Tomasa, con la certeza de sentirse llamada a una vida de especial Consagración, siguió la búsqueda para encontrar el lugar que Dios le había asignado. De esta manera, Dios respondió a la búsqueda vocacional de Tomasa, haciéndole dar vida a la Congregación de Hermanas Salesianas del Sagrado Corazón de Jesús, una Congregación desde la que hacer “sensible ante los hombres, especialmente pobres, el amor del Padre Providente, manifestado en el corazón misericordioso de Jesús abierto en brazos de la Cruz”.
Lo más llamativo es que Piedad de la Cruz nació pobre y murió pobre. Pasó toda su vida amando, haciendo el bien y luchando contra el mal, sin recibir nada a cambio. Según palabras del Obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, durante su homilía de hoy, “Madre Piedad de la Cruz no necesitó el eco de los medios de comunicación para que sus hazañas sigan siendo recordadas tras cien años después de su muerte”.
Lucía Suárez para villanuevadelduque.com
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